lunes, 9 de marzo de 2015

Historia Mítica de la Antigua Erin II

'Los Jinetes de los Sidhe', por John Duncan, 1911.
Una vez adquiridos esos conocimientos maravillosos, Iarbonell y sus descendientes regresaron a Erin, a donde llegaron envueltos en oscuras nubes tempestuosas, que ocultaron el sol durante tres días, y la luna durante las correspondientes noches». 

Pero la supremacía de los tuatha —más allá de su procedencia divina o profana— pronto iba a sufrir una declinación tan misteriosa como su llegada, ya que, como veremos algo más adelante, pronto iban a ser reemplazados por los hijos de Miled, una raza invasora proveniente de España.


Sin embargo, los tuatha de Danann no se rinden: por obra de sus poderes mágicos se retiran a un mundo intangible e invisible, al cual los humanos no tienen acceso, a menos que ellos lo permitan. Irlanda queda, de esa forma, separada en dos niveles: el espiritual, dominado por los Dananns, y el terrenal, regido por Miled y sus descendientes. ‘Los Jinetes de los Sidhe’, por John Duncan, 1911. 

Y si bien se ignoran las razones por las cuales los tuatha de Danann decidieron abandonar la Erin terrenal, las tradiciones celtas sostienen que lo hicieron por considerar que su misión en el mundo había terminado y se retiraron a sus moradas divinas. Algunos de ellos se refugiaron en la Tir Tairn’giri (Tierra de Promisión) o Tir na n’Ög (Tierra de la Eterna Juventud), donde el tiempo no existe, las plantas florecen y fructifican todo el año y el mead mana de las grietas de las rocas. 

Los entretenimientos favoritos son los banquetes y las fiestas, y los guerreros reparten su tiempo entre combates simulados y bellas compañías femeninas El resto de los tuatha eligió como morada magníficos palacios subterráneos y submarinos, inaccesibles a los seres humanos, que sólo pueden percibirlos como semiderruidos sepulcros ancestrales. 

Fue al refugiarse en estas residencias celestiales, que los tuatha de Danann adoptaron su nuevo nombre de Aedh Sidhi, o ‘Habitantes de los sidhi’.2 La relación de los Aedh Sidhi con los humanos se pone de manifiesto en las narraciones de los siguientes ciclos de la historia de Irlanda; en el de Ulster, por ejemplo, interactúan frecuentemente con los seres humanos, tanto en sus sueños como en la realidad cotidiana, y en el de Finn McCumhaill participan en las batallas, luchando lado a lado con los héroes fennianos. 

[NOTA DEL EDITOR #2: Sidhi, plural de sidh, es un término en irish gaël —sith en scotish gaël— que designa los túmulos enterratorios celtas antiguos, a los que se supone que se retiraron los tuatha de Dannan cuando abandonaron el gobierno de Erin en manos de los milesios. También se los considera la morada de las hadas, duendes y otras criaturas feéricas.]

Los ciclos heroicos

'CuChulainn mata al perro de Culain'. por Stephen Reid, 1904. Se agrupan bajo esta denominación las leyendas referidas a los grandes héroes y semidioses irlandeses, com así también los relatos bélicos, combates individuales y batallas que tuvieron lugar durante la permanencia de los tuatha de Danann en el poder, hecho por el cual algunos autores los consideran como ‘subciclos’ de este período. 

El ciclo del Ulster o de Connor McNessa Llamado también ciclo de CuChulainn, por el relevante protagonismo en este período del paladín máximo de la historia de Erin, héroe del Tain bo Quailnge y defensor a ultranza del reinado de Connor McNessa. Las leyendas que componen este ciclo no figuran en la saga de Tuan McCarrell, y algunas de ellas ni siquiera aparecen en ninguna de las versiones del Leabhar Gabhalla, sino que han sido recogidas en manuscritos posteriores, como el Libro de Leinster y de Lecan, o en el Donn Cow. ‘CuChulainn mata al perro de Culain’. por Stephen Reid, 1904. 

Esto parece presentar cierta dicotomía, ya que varios de los personajes colaterales, como Lugh, padre de CuChulainn, Scatagh, la diosa herrera-guerrera, y otros, pertenecen indudablemente al entorno de los clanes de la diosa Dana, lo que hace presumir que los episodios aquí relatados han tenido lugar en el período de los tuatha, o en tiempos inmediatamente posteriores. 

Según los analistas especializados, Connor McNessa y CuChulainn habrían vivido en una época equiparable a la de Jesucristo; Tigernach, por ejemplo, afirma que CuChulainn habría muerto en el año 2 d.C., y Connor McNessa, en el 22. Sin embargo, algunos historiadores irlandeses del siglo XII afirman, basándose en narraciones orales recopiladas en el Libro de Leinster, que el reinado de Connor McNessa se remontaría al sigo III a. C.

 El ciclo de Finn McCumhaill o de Ossian 

'Ossian', por François Pascal Simon Gérard, 1801.
Posterior al ciclo del Ulster, narra las hazañas de los Fianna, un grupo militar al mando de Finn, hijo del rey Cumhaill, y Ossian (fonéticamente, Oissin), hijo del primero de ellos. Si bien no están incluidas en la saga de Tuan McCarrell, ni en el Leabhar Gabhalla, estas leyendas, más allá de sus componentes mágicos, parecen basarse en determinados sucesos históricos datados por los historiadores griegos y romanos alrededor de los siglos II y III de nuestra era. 

Sin embargo, las narraciones de este período, que comienzan aproximadamente hacia fines del siglo II d.C., con la batalla de Cnucha (cuya fecha se estima alrededor de 170), durante el reinado de Conn Cetchatar, y se extienden hasta la de Gowras, alrededor del 285, bajo el de Cormac McArt, permiten discernir una sociedad muy diferente de la del Ulster de CuChulainn y Connor McNessa; describen una vida más sosegada y pacífica, caracterizada por reyes y señores desahogando sus ansias de conquista en partidas de caza circunscritas a sus propios cotos de bosques umbríos y apacibles; guerreros y soldados sublimando sus instintos bélicos en torneos y justas, y artesanos dedicados a sus labores en la idílica tranquilidad de su taller. 

Desde este punto de vista, las sagas fennianas son la síntesis viva, no de un grupo de clanes luchando a brazo partido por motivos baladíes, sino de un pueblo con miras y metas comunes, marchando armónicamente en busca de una organización definitiva. ‘Ossian’, por François Pascal Simon Gérard, 1801. Los relatos del ciclo ossiánico narran, básicamente, la historia de los Fianna (plural y genitivo de fian, ‘grupo’ o ‘banda’), un cuerpo de caballería semiprofesional organizado, según se cree, por el rey Feradach Fechtnach, con el objeto de mantener el orden en la isla Emeralda y prevenirla contra toda invasión. 

Durante el siglo III, en el que transcurren la mayoría de los relatos ossiánicos, la orden de los Fianna —célebre por las hazañas guerreras y cinegéticas de sus hombres— ya contaba con casi 200 oficiales y más de 4.000 soldados, cuyo accionar se extendía a toda Erin, con la sola excepción del reino del Ulster. 

La gran mayoría de las narraciones sobre este cuerpo se refiere a las hazañas del jefe de los Fianna del Condado de Leinster, Finn McCumhall, cuyo renombre como matador de monstruos y mago es sólo equiparable a su renombre como poeta. Altivo y orgulloso, su linaje se remonta a los invasores fir ãllom, con ramificaciones entre los tuatha de Danann, e incluso cierta relación con Sualtam, padre adoptivo de CuChulainn. Su madre, Murna, ‘la del Blanco Cuello’, era nieta de Nuadha, ‘el de la Mano de Plata’, y su padre fue Cumhaillel McTremmõir, quien, como jefe del clan Bascna, que competía con el clan Morna por el liderazgo de los Fianna, fue vencido y asesinado en la batalla de Knock. 

Otra de las características destacables de este período es su entorno mágico, en parte histórico y en parte mitológico, que permitió a los bardos del siglo III entretejer un gran número de relatos prodigiosos, muchos de los cuales transcurren en países ignotos y maravillosos, protagonizados por gigantes, enanos, hadas, magos, elfos, hechiceras, ogros y animales míticos, que se alternan con los dioses de los tuatha de Danann. 

Según algunos especialistas, como Margaret Sullivan y Lesley O’Connors, entre otros, la figura legendaria de Finn McCumhaill se identifica con el guardián de los sidhi, Gwynn ab Nudd, rey inmortal de las hadas y los elfos. 

La invasión de los goidels o milesios 

Milesios.Última de las leyendas de la saga de Tuan McCarrell incluidas en el Libro de las Invasiones. Al hacer su entrada en Erin, los goidels recibieron el nuevo nombre de milesios, aunque los datos recopilados no permiten saber a ciencia cierta si fue por considerárselos descendientes del rey Miled (o Milé), o por deformación del término romano miles = soldado, ya que provenían de grupos de militares desertores destacados en España.

 Esto parece confirmarse por el hecho de que la región del Ulster, durante cierto tiempo, se conoció bajo el nombre de Ibernia, que algunos autores señalan como un derivado de Iberia, nombre con el que se denominaba a España en esa época. Milesios. 

Artículo publicado en MysteryPlanet

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